Convicciones

En 1992, Marcelo Bielsa, por entonces entrenador de Newell´s, le concedió una entrevista a la revista chilena Minuto 90. A continuación se publican algunas reflexiones del Loco en aquellos años que nos hacen notar que no necesariamente la forma de ver las cosas, y el fútbol en este caso particular, cambia con el correr del tiempo. Sino que más bien, la misma línea ideológica puede mantenerse intacta aún 17 años más tarde.

Sobre el movimiento

"Yo siempre les digo a los muchachos que el fútbol para nosotros es movimiento, desplazamiento. Que hay que estar siempre corriendo. A cualquier jugador, y en cualquier circunstancia, le encuentro un motivo para estar corriendo. En el fútbol no existe circunstancia alguna, escuchame bien, no existe motivo alguno para que un jugador esté parado en la cancha. (...) Yo soy docente, profesor de educación física. Fui un futbolista frustrado y fracasado. Tras jugar cuatro o cinco partidos en la primera de Newell's me di cuenta de que no podía ser futbolista de nivel. Me propuse entonces ser un entrenador de nivel. Y para lograrlo comprendí que el primer paso era convertirme en un especialista de la educación física, porque esa es la especialidad que se ocupa del movimiento del cuerpo humano. Sabía que en ese aspecto radicaba todo el secreto del fútbol. No tengo ninguna aspiración docente, porque no me interesa nada de la educación física que no sea estar mejor preparado para formar futbolistas. Estudié cinco años de fisiología para entender la conducta del cuerpo, desde la óptica de la medicina".

Sobre la mecanización

"El futbolista, como todo ser humano enfrentado a la alta competencia, tiene lo que llamamos temor escénico. ¿Y cómo se neutraliza? Con la mecanización, haciendo algo que está preestablecido, practicado muchas veces, con un mínimo margen de error. La responsabilidad del fracaso ya no es del jugador porque, claro, lo practicamos mil veces en la semana y no resultó. ¿De quién es la culpa? Del entrenador, de los ejecutantes y, en el fondo, de nadie. No salió sencillamente. Por eso yo odio la mecanización, porque elimina responsabilidades. Yo quiero equipos ordenados, y no mecanizados, donde se respeten algunas posiciones y donde, escuchá bien porque éste es uno de los grandes secretos del fútbol, podamos desmarcarnos y luego volver rápidamente a marcar".

Chile (El vaticinio)

"En Argentina, lo que le pasa al equipo incide mucho en la vida del hincha, ¿entendés? Si el cuadro gana, el hincha se euforiza en su vida personal, particular. Si el equipo pierde, se deprime proporcionalmente, afectando todas sus actividades. Entonces, eso hace que perder o ganar sea muy importante y esa presión se acumula finalmente encima del entrenador. Cuando vivís presionado por esa vorágine resulta que vos, como técnico, terminás pagándolo con algún desequilibrio en tu vida personal. Por eso mi aspiración es a dirigir en un fútbol más moderado, donde perder sea una cosa aceptable y que se pueda asimilar sin traumas.(...) Me gustaría dirigir apenas en dos partes del mundo: Suiza y Chile, que son dos países moderados. Vos vas a Suiza y ves que el fútbol es nada más que fútbol, igual que acá (por Chile). En la Argentina yo soy una expresión potenciada, no deprimida. No es que sea un argentino moderado. Todo lo contrario, soy muy exagerado. Para mí el fútbol lo es todo. Pienso en fútbol, hablo en fútbol, leo fútbol y esa es una vida que no se puede vivir eternamente. Por eso me gustaría moderarla".


Agradecimiento especial a Arnaldo Vega y a Pedro Montiel por el material acercado.